A mí me gusta
contar anécdotas reales, nada de crónicas novelescas, esto que escribo es real:
Ayer mañana me fui temprano a la playa a eso de las 9 y media, a una playa tranquila, llamémosle
Urbanova, donde suelen acudir los perros con sus dueños. Yo estaba
sentado bajo la sombra del paraguas de playa o quitasol cuando se me acercó sigiloso y cariñoso el
perro blanco de la vecina de playa (desconocida), que estaba jugando con el
perro a unos 20 metros de mí sin bozal y sin collar. A los cinco minutos de estar sentado, un perro blanco, que era grande de esos cazadores se vino hacia mí. Lo
perros nunca me han dado miedo, me gustan, y no tengo ninguno de mascota porque creo que el
perro da cariño a cambio de espacio y atenciones. En fin que el perro se acercó
corriendo a olerme, yo sé que es su instinto venía a olerme porque ellos necesitan reconocerte
a corta distancia para saber quién eres, por si te conoce y quiere marcar su
territorio por eso es porque se mean constantemente.
Pero el perro me olió los pies, me miró con
cara cariñosa, sus ojos eran tristones, me estuvo mirando y yo le hice sentir como
que no me importaba su presencia ni su cercanía, hasta que el can se acercó más y más hasta
lamerme con su larga lengua el brazo y luego mi cara. Yo miré a la dueña del
can para decirle que este excesivo cariño del perro hacia mí no era correcto, que
no podía hacerlo; pero la dueña en esos momentos no estaba controlando al
animal y no vio la acción del lameteo a mi brazo y a mi cara. Luego el perro se
fue corriendo y contento hacia ella. Yo no protesté ni me enfadé, me levanté y me lavé los lametones con
agua de mar desinfectante y yodada. Más tarde la dueña y el perro se fueron. En esa hora conté en la playa
5 perros.
A la media hora pasó un socorrista, a falta de
un policía de playa, porque este año con los recortes no hay quien los vea. Le
comenté al socorrista si era lógico que un perro ajeno me lamiera la cara en la
playa, por si era alguna infracción al régimen local de playas. Me dijo que en
esa zona de playas, con pocos bañistas la policía hacía la vista gorda sobre los perros.
-Bien, le comenté
al socorrista, pero un perro no puede venir y lamerme el brazo y la cara, qué
se yo si está vacunado o tiene la rabia.
-El tema de los perros no es competencia de la Cruz Roja. El lametón de un
perro no está registrado como una infracción administrativa de playas, otra cosa es que
le hubiera mordido, esto sí que lo es.
-Hombre, pues es
lo único que me hubiera hecho falta, con una prótesis de rodilla que tengo, que
se me infecte por mordedura. Y a lo mejor el perro no tiene ni seguro de
responsabilidad civil por mordiscos.
-Pues si quiere
usted poner alguna denuncia yo llamo por radio a la policía para que vengan, es lo único que puedo hacer.
-No, no de
denuncias nada, yo no tengo nada contra la dueña del perro ni contra el perro,
yo lo único que digo es que tengo derecho a que un perro no me lama el brazo,
ni la cara, y además el perro se esté bañando en el mismo espacio donde yo me
tengo que bañar. Y nada más gracias y buenos días.
Estoy de acuerdo en que haya playas para perros. Pero estas deben estar señalizadas con en El Camello, así uno no se mete en el terreno de ellos. Pues creo que las mascotas también tienen derecho a darse un chapuzón.
Estoy de acuerdo en que haya playas para perros. Pero estas deben estar señalizadas con en El Camello, así uno no se mete en el terreno de ellos. Pues creo que las mascotas también tienen derecho a darse un chapuzón.
Ramón Fernández Palmeral
Urbanova, Alicante, 31 de julio 2014