miércoles, 30 de octubre de 2019

Xosé Manuel Núñez Seixas gana el Premio Nacional de Ensayo de España

Xosé Manuel Núñez Seixas gana el Premio Nacional de Ensayo de España

• Miércoles 30 de octubre de 2019

Xosé Manuel Núñez Seixas
Núñez Seixas: “El nacionalismo español siempre estuvo ahí”.
Por su obra Suspiros de España: el nacionalismo español 1808-2018, el historiador Xosé Manuel Núñez Seixas obtuvo el Premio Nacional de Ensayo 2019, que concede el Ministerio de Cultura y Deporte de la nación ibérica y que está dotado con 20.000 euros, según se anunció este martes 29 de octubre.

Núñez Seixas considera que existe un problema con el “nacionalismo español” porque tras la muerte de Franco no hubo un “consenso antifascista”.
El jurado se decantó por esta obra “por trazar una historia del nacionalismo español en sus diversas corrientes y manifestaciones a lo largo de la Edad Contemporánea. Siendo una obra que se apoya en una densa trayectoria de investigación, destaca por su esfuerzo de síntesis y de claridad expositiva, así como por su rigor”.
El autor expresó su satisfacción por la concesión de este premio por un trabajo que, indicó, es un ensayo divulgativo de síntesis dirigido a un público amplio en el que apuesta por el nacionalismo de Estado, “algo que no es compartido por todo el mundo”, un concepto que “no es de derechas ni de izquierdas”, aseguró.
La obra de Núñez Seixas hace un recorrido histórico por el concepto de la idea de España para defender que “el nacionalismo español siempre estuvo ahí”. Y se hace más visible cuando hay una “amenaza exterior o interior”.
Para él, la apropiación que hizo Franco del nacionalismo español durante la dictadura y la hipertrofia posterior que sufrió el concepto han provocado que existan problemas de legitimación a la hora de expresar esa idea.
Considera que existe un problema con el “nacionalismo español” porque tras la muerte de Franco no hubo un “consenso antifascista”, que es lo que permitió a otros países europeos tras la Segunda Guerra Mundial reconstruir su “patriotismo de Estado”. “Una cuestión que sigue chirriando, como se ha visto con el traslado de los restos de Franco y la tibieza de algunos partidos a la hora de asumir algo que en otros países es normal”, recalca.
Núñez Seixas (Ourense, 1966) es doctor en Historia Contemporánea por el Instituto Universitario Europeo de Florencia, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago de Compostela y, desde octubre de 2012, catedrático de Historia Contemporánea de Europa en la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich (Alemania).

La presidenta del jurado fue Adriana Moscoso del Prado Hernández, directora general de Industrias Culturales y Cooperación, y la vicepresidenta fue Begoña Cerro Prada, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas.
Entre sus títulos figuran: ¡Fuera el invasor! Nacionalismos y movilización bélica durante la guerra civil española, 1936-1939 (2006); Imperios de muerte. La guerra germano-soviética, 1941-1945 (2007); Internacionalitzant el nacionalisme. El catalanisme polític i la qüestió de les minories nacionals a Europa (1914-1936) (2010); Patriotas y demócratas. El discurso nacionalista español después de Franco (2010); Icônes littéraires et stéréotypes sociaux: L’image des immigrants galiciens en Argentine (1800-1960) (2013); Las patrias ausentes. Estudios sobre historia y memoria de las migraciones ibéricas (1830-1960) (2014); Las utopías pendientes (2015) y Camarada invierno: experiencia y memoria de la División Azul, 1941-1945 (2016), entre otros títulos.
Miembro del Archivo de Emigración (Consejo de Cultura Gallega), del consejo de redacción y del consejo asesor de numerosas revistas de España y otros países, Núñez Seixas es asimismo coordinador de la ambiciosa Historia mundial de España (2018).
El jurado del premio estuvo presidido este año por Adriana Moscoso del Prado Hernández, directora general de Industrias Culturales y Cooperación, con Begoña Cerro Prada, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, como vicepresidenta.
Además lo conformaron, a propuesta de la Real Academia Gallega/Real Academia Galega, Xosé Henrique Monteagudo Romero; por la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia, Adolfo Arejita Oñarte-Echebarria; por el Instituto de Estudios Catalanes/Institut d’Estudis Catalans, Enric Pujol i Casademont; por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue), Bruno Camus Bergareche; por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), Francisca Rubio Gámez; por la Asociación Española de Críticos Literarios, Ángel Luis Prieto de Paula; por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), María de la Concepción Barrigós Vicente; por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, Esther Sánchez-Pardo González, y la autora galardonada en la convocatoria de 2018, María Xesús Lama López.

miércoles, 23 de octubre de 2019

Desmitificar a Miguel Hernández, la labor de Ramón Fernández Palmeral


«Miguel Hernández no fue entregado por la policía portuguesa a la Benemérita»

Algunos investigadores escriben que Miguel Hernández fue entregado por la policía portuguesa a la Guardia Civil el 4 de mayo de 1939, y este error se continúa escribiendo sin investigar el atestado que da inicio al Sumario 21.001.
«Si los investigadores y biógrafos no estuvieran tan obsesionados en incrementar la leyenda negra de la Guardia Civil, y mirasen el atestado que condenó a muerte a Miguel Hernández el 18 de enero de 1940, comprobarían que los guardias entregaron al poeta, debido a una infracción administrativa por cruzar la frontera portuguesa sin documentación, al Cuerpo de Investigación y Vigilancia de Fronteras, que era un cuerpo policial propio de fronteras, y no a la Guardia Civil del puesto de Rosal de la Frontera (Huelva), como se suele insistir tozudamente»... (SIGUE)

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martes, 22 de octubre de 2019

Buscando culpables en la Moncloa



Buscando culpables en la Moncloa

Una cuesta se inclina para Pero Sánchez en la próximas generales, por no haber sabido gestionar con contundencia desde el primer momento la rebelión catalana de los independentistas.

Ramón Palmeral

Al  caballo PSOE se le están saliendo las tripas por la cincha después de que el toro catalán del separatismo le haya alcanzado en la barriga, sin peto. La calle hacia  las elecciones generales del 10 N se le está poniendo cuesta arriba como en los pueblos de montaña de la Axarquía. En cada página del boletín de las noticias las encuestas tiene las flechas cada vez más bajas, como si el tsunami le hubiera venido encima por la mala gestión de la insurrección catalana o vandalismo institucional, quizá, por no  actuar a tiempo, con la idea de la proporcionalidad del uso de la fuerza legítima cuando la violencia incendia las calles de Barcelona, y otras sucursales provinciales de Cataluña. Las manifestaciones pacíficas son legales, sí, pero nunca las violentas, no los cortes de carreteras, puertos o aeropuertos, porque atentan contra los derechos de las personas que no pueden transitar libremente y se convierten en rehenes de los hordas bárbaras.
Sin duda alguna la repetición electoral le va a pasar factura a Sánchez, porque tuvo la oportunidad y no la cogió compartiendo ministerios con Unidas Podemos. Ahora, antes los extremismos separatistas, imposibles de asumir dentro de la Constitución del 78, la barra del salto de altura de los 140 escaños previstos se le van a venir abajo con toda de seguridad.  Porque está demostrado  que cuando surgen revoluciones sociales incontroladas nacen partidos contarios (equilibrio de fuerzas), como sucedió en la II República, que  nació la Falange de José Antonio Primo de Rivera en 1933. Ahora, actualmente, tras el referéndum ilegal del 1- 0, y la declaración de minutos de la independencia por  el Parlamento catalán se fortaleció Vox, y las derechas, y el centro. Porque solamente hay que mirar a la historia para saber que esto es así. Cuando nacen unos revolucionarios, saqueadores, incendiarios, y la hordas contra el orden público se desatan, nacen contarios, personas de orden que deseamos la unidad de España, porque así se votos en la Constitución y nacen “tsunamis españoles”. Porque lo independentistas no tienen ninguna empatía con los catalanes que no lo son.
Los dirigentes socialistas ya están buscado culpables en la Moncloa, en el gabinete de Sánchez y sus asesores, alguna cabezas rodarán porque la previsiones de la cuentas lectorales no salen. Podría hacer un descalabro imprevisible, por culpa de variables imprevisibles y una mala gestión el ministro del Interior que no ha querido emplear la fuerza necesaria (como por ejemplo camiones “botijo”) desde el primer día, y  el envío de más fuerza destacada. Pensar que con las leyes duras se solucionan los separatismos, es un error, porque primero se emplea la fuerza contundente, que detrás vendrás los jueces. El separatismo es un sentimiento que viene desde el reinado de la reina Isabel II (mal casada con su primo Francisco de Asís Borbón, que se debió casar con Antonio de Orleans, duque de Momtpesier).
Calcularon los cerebros de la Moncloa  que con 140 diputados más los de «Más País” y los traidores de PNV le daría la mayoría necesaria; sin embargo, visto lo visto las derechas se van a fortalecer, simplemente porque cuando surgen secesionismos surgen también defensores unionistas, aunque sean liberales, y esto, siempre, hasta la fecha ha sido así, fuerzas contrarias nacen en un teatro de compensaciones ideológicas como un organismo biológico.  Es imposible que Sánchez, tras las hordas desatadas de Cataluña saque 140 diputados. Si para qué gasto tinta si esto ya lo escribiera el republicano arrepentido José Ortega y Gasset en La rebelión de las masas (1929).
Aquel, alto y gallado madrileño,  que prometía diálogo cuando ganó la moción de censura con los votos de ERC, ahora no quiere dialogar con el desaparecido Quim Torra “hay que apretar” sabe de antemano lo que le va a pedir: “ Si me prometes por escrito notarial un referéndum, yo te paro en 24 horas las algaradas en Cataluña”. Porque de todos los españoles es sabido, y cuando el  río suena agua lleva, es que es verdad, que tanto ANC como Òmnium y CDR, están subvencionados por el Gobierno catalán, y que por malversación de fondos públicos (entre otros delitos) están condenados los políticos del “procés” integrantes del anterior gabinete (excepto Puigdemont que huyó como un zorro en un maletero), con un juicio justo y transparente que se ha quedado corto con no condenarlos por rebelión.
Pedro Sánchez ha querido jugar a ser el chico buena de la película, y esto, sin duda le va a costar una debacle en la generales, porque ha hachas están levantadas, y también las hoces y los martillos. Porque un cosa es prometer y otra hacer. Pero lo malo de todo esto es que le pueden salir una Vicalvarada de las Fuerzas Armas con la bandera en mano del art. 8 de la Constitución que dice: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». ¿Y quién lo cuestiona? Los medios de comunicación están soltando amarras del bulo de que militares en su tiempo libre se acercan a Cataluña para apoyar a Guardia Civil, Policía Nacional y Mossos. 
Se ha visto que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplazadas a Cataluña han sido insuficientes, y encima han sufrido cerca de 270 heridos, más que los detenidos que no llegan a 200, ¡esto es inaudito, increíble!, y reafirma lo que digo: han faltado refuerzos policiales. Cuando veía arrojar todo clase de objetos a la policía, inmóvil, como unos judas, a me entraban ganas de llorar.  Además están denunciando que no tiene ya materiales antidisturbios y necesitan auxilio, al 7º de Caballería. No se puede dialogar con la violencia en la calle y sin denunciarla explícitamente. 


Publicado tambien en Diario de Alicante 22-10-2019

martes, 15 de octubre de 2019

Quien la hacen el redículo. Catalanes independentistas. España Unidad.


De la nada a la más absoluta miseria

Los líderes condenados por el Supremo nunca se imaginaron que acabarían en la cárcel y que su desafío al Estado estaba condenado a un estrepitoso fracaso


Un largo viaje hacia ninguna parte

Por Oedro García Cuartango, en ABC, 15 de octubre de 2019

Ninguno de los nueve líderes independentistas condenados ayer por el Supremo por un delito de sedición se imaginaba en el verano de 2017 que ingresaría en la cárcel, que acabaría en el banquillo y que tendría que afrontar penas como las que ha impuesto el tribunal que les ha juzgado.
Apostaron por destruir la legalidad y derogar la Constitución y perdieron. Lo más importante de la sentencia del Supremo es que quienes desobedecieron las leyes y pretendieron ejercer el derecho de autodeterminación mediante una farsa de consulta han sido condenados por la Justicia.
Siete años después del pistoletazo de salida del «procés», tras la negativa de Rajoy a conceder al Gobierno de Artur Mas un régimen fiscal como el vasco, los independentistas se han estrellado contra el Estado de Derecho. El balance es desolador porque no han conseguido ninguno de sus objetivos. Les toca ahora gestionar el fracaso en un paisaje devastado por una fractura social que ha partido a la sociedad catalana tras la marcha de miles de empresas y sin haber obtenido apoyo internacional alguno. Como decía Groucho Marx, los líderes del procés han pasado de la nada a la más absoluta miseria.



Marchena no cayó en las trampas

El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, es el gran ganador de un juicio en el que ha sorteado todos los obstáculos y las trampas que los defensores de los inculpados sembraron a lo largo del procedimiento.
Abogados como Van den Eynde y Pina centraron su estrategia en preconstituir de cara a Estrasburgo la tesis de que se estaban socavando los derechos de sus clientes. Y alegaron que el tribunal vulneraba principios como el juez predeterminado por la ley, la doble instancia y la igualdad de armas.

El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, es el gran ganador del juicio
En sus fundamentos jurídicos, la sentencia rebate de forma consistente las argumentaciones de los defensores, que ya fueron desestimadas en el inicio del proceso y, luego, por el propio Marchena, que realizó una exhibición de sus conocimientos frente a las argucias de quienes querían poner en evidencia su parcialidad.
Los abogados intentaron exculpar a los líderes independentistas con la tesis de la existencia de una doble legalidad, contraponiendo las leyes del Estado con la pretendida soberanía del Parlamento catalán, a la que ellos se veían obligados a someterse. Los jueces de la Sala rechazaron esa falacia.

El fracaso de las tesis de la Fiscalía

Los siete magistrados del Supremo han optado de forma unánime por la sedición, que, según el artículo 544 del Código Penal, consiste en «un alzamiento público y tumultuario para impedir la aplicación de las leyes». La sedición es un delito contra el orden público y no contra el orden constitucional. Durante la instrucción y el proceso, la Fiscalía siempre sostuvo que había habido una rebelión.
Según el artículo 544 del Código Penal, la sedición es «un alzamiento público y tumultuario para impedir la aplicación de las leyes»
Javier Zaragoza, fiscal de Sala del Supremo, describió la acción de los inculpados como un intento de «golpe de Estado para liquidar la Constitución». Los dirigentes nacionalistas fueron encarcelados y privados de su condición de parlamentarios porque estaban acusados de un delito de rebelión, lo que, según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, exige su inhabilitación automática.
Por aquel entonces, el abogado del Estado respaldaba ese criterio. El relato de la Fiscalía ha sido demolido por la sentencia, que en este extremo podría reforzar el discurso victimista de los condenados, que siempre alegaron que habían actuado dentro de la legalidad vigente y que no se habían rebelado contra el Estado.
Ayer María José Segarra, fiscal general del Estado, intentó minimizar las diferencias con el tribunal apelando a que lo importante era que los magistrados apreciaban violencia y a que había coincidencia en los hechos probados. En los hechos, sí, pero no en su calificación, que la Fiscalía no puede recurrir al ser la sentencia ya firme.

Sedición frente a rebelión

La sentencia afirma literalmente que hubo en el «procés» «episodios de violencia», elemento necesario para la rebelión, pero que ello «no basta» para encuadrar las conductas en ese delito, tipificado en el artículo 472 del Código Penal, que habla de «alzarse violenta y públicamente» con el objetivo de alterar el orden legal.
Los jueces consideran, y esto es esencial, que esa violencia iba destinada a forzar una negociación con el Estado, pero no a lograr la secesión por la fuerza. En este sentido, el referéndum del 1 de octubre fue «un levantamiento tumultuario alentado por los acusados para convertir en papel mojado las decisiones del Constitucional». Pero, según criterio del tribunal, no se pretendía un cambio de régimen en Cataluña porque ello no estaba en manos de los condenados.
Los jueces consideran, y esto es esencial, que esa violencia iba destinada a forzar una negociación con el Estado, pero no a lograr la secesión por la fuerza
Por tanto, el Supremo viene a sumarse en cierta medida a declaraciones como la de Carmen Forcadell, que alegó en su testimonio que la declaración de independencia no tenía ninguna consecuencia práctica. Según ese peculiar punto de vista, no hubo un delito de rebelión.
La interpretación del Supremo es polémica, ya que, al margen de la intencionalidad y del resultado, hubo un intento de romper el orden constitucional y se hizo con el recurso a la violencia. Reducir el procés a una mera sedición es relativizar lo que sucedió en septiembre y octubre de 2017 en Cataluña, cuando la Constitución fue pisoteada.
Aunque los independentistas han empezado a movilizarse sin el menor respeto a la sentencia, el hecho de que los jueces optaran por la sedición fortalece su relato.

El precio de la unanimidad

Fuentes cercanas al tribunal subrayan que la mayoría de los magistrados se inclinaba por la rebelión, en consonancia con las tesis de la Fiscalía. Pero que tuvieron que renunciar a esa tipificación porque varios jueces se decantaban por la sedición, lo que hubiera supuesto votos particulares que Marchena quería evitar.
La unanimidad era vital tanto para dar una imagen de unidad ante la opinión pública como para blindar la sentencia ante los recursos. Pocos dudan de que el Constitucional convalidará el fallo y desestimará la vulneración de las garantías, pero la última palabra la va a tener el Tribunal de Estrasburgo. Por ello, era esencial la unanimidad.
Hay también quien sugiere la existencia de un pacto de Estado, de lo cual no hay prueba alguna. Los siete jueces tienen una dilatada trayectoria profesional y una demostrada independencia de criterio. Por ello, estamos ante una sentencia que sanciona unas conductas delictivas al margen de las consecuencias políticas.
El alegato independentista de que la sentencia ha sido dictada por el poder político es también un dislate sin el menor sustento.

Iguales ante la ley

El presidente del Gobierno aseguró ayer que los condenados van a tener que cumplir las penas de forma íntegra. Pero la afirmación no despeja las dudas porque el régimen penitenciario de la cárcel de Lledoners depende de la Generalitat.
Es cierto que la decisión de conceder el tercer grado u otros beneficios está sometida al control del juez de vigilancia penitenciaria y, en última instancia, del Supremo, pero ello no sirve para disipar la sospecha de que los presos están disfrutando de un trato de favor en esa prisión. Al fin y al cabo, el director de ese centro es nombrado y responde ante el consejero de Justicia de la Generalitat.
Queda la cuestión del indulto, regido por una ley de 1870, que tiene que ser solicitado por los reos. No es fácil que el Gobierno pueda recurrir a esta potestad, entre otras razones, por el elevado coste político de la decisión. La amnistía requeriría una ley especial del Parlamento y, por lo tanto, parece imposible.
Y, por último, habrá que ver la respuesta de la Justicia belga a la nueva petición de entrega de Puigdemont, que, a diferencia de la anterior, se produce con una sentencia firme de por medio. Lo que suceda en el futuro es altamente imprevisible, al igual que era imposible predecir con posibilidades de acierto unos acontecimientos que superaron todo lo imaginable.

jueves, 3 de octubre de 2019

Nueva biografía del poeta Miguel Hernández ECU, ediciones. De Ramón Fernández Palmeral


                                          Ramón Palmeral con el cuadro de la portada.



     Una bofetada de María Teresa León a Miguel Hernández, fue el desencadenante de su tragedia


     Nuevas matizaciones sobre la biografía de Miguel Hernández. Al finalizar la Guerra Civil, sus camaradas como Rafael Alberti, María Teresa León, Pasionaria, Modesto y otros comunistas  abandonaron a Hernández en Madrid y se marcharon en coche a Elda, donde se había refugiado el Gobierno de  Juan Negrín (diez días), y días después  todos  partieron en varios aviones hasta Orán desde el aeródromo de Fondón en Monóvar (Alicante). Miguel llegó andando y otras veces montado  en carro a Cox y llegó el 14 de marzo de 1936. En abril se marchó en tren a Sevilla, donde no encontró refugio son Romero Murube, y desolado partió hacia Portugal donde fue detenido por la policía portuguesa.
      La bofetada que María Teresa León le propinó a Miguel Hernández en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, por decir  éste que  allí había «mucha puta y mucho hijo de puta» cuando celebraban una fiesta en plana guerra, fue el detonante del abandono de los Alberti de Miguel en Madrid, y las consecuencias posteriores. Considero que Miguel Hernández fue una víctima de sus  propios camaradas que le abandonaron en la desbandada. Por otra, Fernández Palmeral duda de la existencia real de esta bofetada.
      Ahora en 109º aniversario del nacimiento del universal poeta Miguel Hernández, el escritor  y estudio hernandiano Ramón Fernández Palmeral presenta, a lo largo de 40 artículos monográficos, un estudio biográfico de la vida y obra del poeta oriolano titulado Miguel Hernández. El poeta del pueblo, en la editorial ECU de Alicante. El presente libro incluye las últimas investigaciones publicadas sobre Hernández, siguiendo un planteamiento cronológico, y pretende exponer los aspectos biográficos de modo objetivo, eludiendo los mitos y tópicos creados en torno al llamado «poeta del pueblo». El libro se presenta en Orihuela el 29 de octubre.
     Gracias al formato de artículos monográficos es posible profundizar con más detalle y rigor en los temas que más interesan: su infancia y adolescencia, amistades madrileñas, época de miliciano, amores, viajes a la URSS, obra, consejo de guerra y muerte por una negligente atención sanitaria penitenciaria.
      Todo ello desde una crítica objetiva y actual, a la vez que honesta, y desde el punto de vista del contexto histórico y la realidad social de la época. Algunos de los artículos de este libro han sido ya publicados por prestigiosas revistas como en Orihueladigital, Letralia de escritores hispanoamericanos, El Eco Hernandiano, Anthropos, Auca… otros artículos son en cambio, son artículos inéditos.
       El libro consta de 402 páginas, formato 17 x 21 cm, y se estructura dividido en 5 partes: I Nacimiento infancia y juventud (1910.1931). II Miguel Hernández, primeros libros (1932-1936). III Época de la Guerra Civil (1936-1939). IV Proceso y muerte de un poeta (1939-1942). V Estudios de un poeta universal. Al final del libro se muestras un índice onomástico e ilustraciones de 4 libros de Miguel: Perito en lunas, El Rayo que no cesa, Viento del pueblo y El hombre acecha, realizada por Palmeral. Tiene índice onomástico, y se ha evitado, adrede, insertar una bibliografía, ya que ocuparía mucho espacio, nunca sería completa y para eso existe el libro Archivo de Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza.

      Firmado: Ramón Fernández Palmeral  (Autor  de la nueva biografía)