Por las veredas del Mayarín vienen hombres,
hombres de campo con cestos de uvas
las llevan sobre la cabeza, el mimbre es duro
el calor aprierta. Los paseros esperas.
La poda es dura, miestran los hombres sudan
las mujeres hacen las migas con fuego de sarmientos
hasta aquí nos llega olor del frito de aceite de oliva con ajos,
ya huelen los quemadillo en la sarten,
ya huelen a cielo los buñuelos.
Recuerdos de niñes, felices y alegres,
fuerte de piernas y alegre de corazon,
este que ya no están con vostros, amados padres.
Nuestra vida es llevadera si nuestro pasado fue feliz.
Ramon Fernández Palmeral