sábado, 27 de mayo de 2017

Consejos de Saramago para escritores en ciernes.

Escribir es vivir

Categoría (El libro y la lectura, El mundo del libro, El oficio de escribir, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 27-05-2017

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Estos dos vocablos se convierten en un binomio indisoluble en la figura del gran escritor y humanista José Luis Sampedro (Barcelona, 1917-Madrid, 2013). Define su obra con la palabra “autenticidad”, término que también se le podría atribuir a su persona.
Madruga para escribir, porque es cuando las ideas le vienen, y escribe sobre una tabla apoyada en los brazos del sillón. ”La lentitud mayor sin ordenador me acerca más a mi propia obra y la hace más mía. (…) La tremenda facilidad para corregir que ofrece el ordenador destruye los pequeños defectos que son esenciales para el estilo de cada uno y que dan vida a la obra. No me interesa tanto la “perfección” que se logra a cambio.”
Escribe por una necesidad interior y eso le lleva a vivir lo que ha escrito. Nunca ha trabajado buscando fama o dinero. Y es que el éxito le llegó en los años ochenta cuando llevaba desde los cincuenta publicando. Lo que sí ha necesitado siempre es la respuesta de los lectores, ser querido. Porque ese trabajo solitario del escritor lo compara al naufrago que escribe desde una isla, y la botella que lanza al mar considera que es la novela.
 “Escribo con una pasión enorme, la pasión de expresarme. No hay trucos literarios”. Quizá así se entienda que iguale al escritor con una vaca. A todo lo visto y oído el escritor le da vueltas y vueltas igual que un rumiante.
En sus novelas el tratamiento del paisaje es fundamental, así como el título y el nombre de los personajes. Estos presentan calidad humana. Añade que construir un argumento es escoger una posibilidad entre muchas. “En síntesis, pienso que la clave de un libro es situarlo todo en su contexto”. A la hora de escribir ha partido de la premisa de reflejar sus vivencias, sus percepciones y sus sentimientos con la máxima autenticidad: “mi esencia” como escritor pienso que incluye de algún modo mis facetas como economista o como profesor universitario; facetas, por cierto, a las que he dedicado una parte importante de mi vida”. De hecho, muchos le conocieron primero por sus trabajos de economía, en los que aboga por “una economía más humana y solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos”.
La literatura es para él el camino de la vida. Ha leído mucho para documentarse; considera que leer es vivir la vida propia y la de los otros. Como escritor, persigue la emoción del lector, mucho más que la admiración. De ahí que señale las dos reglas de la escritura: primera, sentir la necesidad de escribir y segunda, creerse lo que se está escribiendo.
Confiesa que, de no haber sido escritor, habría sido músico: primero estudió violín y después se pasó al piano, inspirado por su compositor favorito, Chopin.
Fue maestro durante muchos años y su pedagogía se asentaba en dos elementos: el amor mutuo —él creía imprescindible amar a la persona que se enseña, además era correspondido por sus alumnos— y la provocación, unida a la libertad de pensamiento. “Ser escritor y enseñar ha sido la continuación de toda mi vida”. Compara la educación con un árbol. Lo mismo en la semilla como en el hombre hay unas potencialidades que mejorarán o empeorarán según las circunstancias en que se nace y se crece.
En 1990 fue elegido miembro de la Real Academia Española. La palabra puede ser un bálsamo o un veneno”. Reivindica el poder del lenguaje que le da al ser humano sus alas más poderosas. Y considera a los escritores, albañiles del lenguaje.
Siempre ha vivido fuera del poder (fue senador por designación real 1977-1979), de ahí su definición mediante la palabra chilena “afuerino”.
Gracias a su longeva vida (vivió hasta los 96 años) hemos podido disfrutar mucho de su lucidez, y en definitiva de su eterna juventud. Él la justifica porque ha sabido reírse de todo, incluido de sí mismo, y porque le resulta más agradable tener ese espíritu que le ayuda a vivir mejor. “Me he hecho a mí mismo. Y, aunque la literatura no es la única vía para ello, es la que yo he necesitado”. Está convencido de que conversar rejuvenece el espíritu.
Toda la vida ha pregonado lo mismo: la indignación ante la indiferencia; la humildad para llevarse bien con uno mismo; tener felicidad para ser capaz de darla; procurar ser siempre mejor persona, no hacer daño a nadie… Persistentemente ha mostrado ser una persona muy comprometida con la vida y con el ser humano.
Precursor en muchos ámbitos, se considera un aprendiz de sí mismo bastante bueno. No duda en afirmar que uno se va haciendo a lo largo de la vida y siempre que se haya aprendido a pensar libremente escogerá el camino a seguir.
Según su pensamiento, el ser mortales agudiza el sentido de la vida. Se apena de que en nuestra cultura no se enseña a vivir; alto y claro clama que “vividor debería ser la profesión de todos”.
Maestro innato, gran comunicador, su forma de expresarse ante cualquiera tiene una única finalidad: ser entendido, por eso ejemplifica mucho. Persona humilde que ha anhelado una sociedad en la que primen los valores, no el beneficio. “En el ser humano debe prevalecer lo que es intrínseco a él, su pensamiento”.
Resulta un inmenso placer leer y escuchar las sabias e inmortales reflexiones de este grandioso ser humano. Ese amor que él profesaba en todo lo que hacía (novelas, ensayos, obras económicas, cuentos, teatro) debiera perdurar e impregnar a toda la sociedad. “Siento una cierta envidia por el hombre que vive según sus instintos, sin conocimientos ni razonamientos”. “Cada vez me siento más hombre de pueblo. De gente de corazón y de honradez”.
Escribir es vivir, de José Luis Sampedro, con la colaboración de Olga Lucas. Areté, 2005

viernes, 26 de mayo de 2017

Novela. La mujer del Amadorio, por Ramón Fernández Palmeral

                             (Fotografia en Internet)

De venta en LULU. on-line 9.50€
 http://www.lulu.com/shop/ramon-fernandez-palmeral/la-mujer-del-amadorio/paperback/product-23222261.html




                             Contraportada

    Una joven noruega aparece misteriosamente ahogada en el embalse del Amadorio de Villajoyosa de Alicante, la Guardia Civil, cierra la investigación como un supuesto suicidio por ahogamiento. Meses después el padre de la víctima residente en Benidorm encarga una investigación privada al bufete de abogados Ridruejo & Brother de Alicante. El bufete tenía contratado como investigador autónomo a un  ex picoleto (Guardia Civil por el tricornio de tres picos), que había sido expulsado del Cuerpo, tras cumplir condena en un penal militar por agresión a un superior, y padecer el “Síndrome del Norte”, por ello, se había vuelto medio alcohólico y porrero, separado de su mujer y no muy agraciado físicamente y estaba en tratamiento psiquiátrico. Lo que podíamos llamar un antihéroe, conocido en el mundo de hampa alicantino como Harry, el expicoleto, pero su olfato policial era digno del mejor de los detectives privados profesionales.
   La trama transcurre en Alicante, La Vila, Benidorm, Orcheta y Londres; donde se verán implicados una serie de personajes de lo más diversos tipos y condición. En una novela de las llamadas negras, thriler o policiaca, no puede faltar la mujer, que en La mujer del Amadorio, es Claudia, una abogada del turno de oficio, que será la pareja sentimental de Harry, la que aporta la parte técnico legal del caso.
    Ramón Fernández Palmeral, Piedrabuena 1947, es un reconocido escritor y novelista, autor de El cazador del arco iris (narrativa), El héroe de Nador, una guerra africana; El rey de los moriscos, novela historia ambientada en el siglo XVI; y del libro de relatos Perito en Pecados. Autopublicada en la prestigiosa editorial de Amazon/Lulu (USA), con venta de libros bajo demanda online.
Una novela  de cine, o de película.

La técnica descriptiva del escritor estadounidense Thomas Wolfe (1930-1938)

Con el dinero ganado siendo profesor en una universidad de Nueva York viajó a Europa en 1926. Tras visitar varios países consideró que Londres era el lugar más adecuado para escribir por lo que en el otoño alquiló allí dos habitaciones en una casa, compró varios gruesos libros de contabilidad y comenzó a escribir en ellos, dada su prodigiosa memoria, cuanto recordaba:
de personas,
su nombre,
 físico,
expresiones,
 profesión,
 costumbres,
 vestimenta,
 lo que habían dicho;
de las calles,
 su constitución,
pavimento,
 farolas,
casas;
de hoteles,
 los muebles,
 el servicio,
 el coste de restaurantes,
 la calidad de la comida,
 de conversaciones allí oídas,
 de las oídas en la calle,
en el tren,
 de los vecinos en el patio,
 puentes,
carreteras,
paisajes que había visto,
 ruidos como el pisar de hojas secas,
 el de los cascos de un caballo en el empedrado,
el del viento en los aleros de la casa...
absolutamente todo lo que había experimentado, visto y oído

Al abuso de la descricciónes relentiza la acción. esto le pasa tambien a Azorín en su novela
 La Voluntad, 1902, empieza a describir y se mete en cuationes religiosas, filosóficas, politica, sociedad,  parece un periodista en lugar de un novelistas. Se dice que es una novela sin trama.

domingo, 21 de mayo de 2017

Relato corto: El puerto. por Harry,el exmadero




 Seguía despierto sobre la cama cuando las luces del amanecer entraron con lentitud consciente y una mirada inquisidora en mi habitación. Llamé por teléfono a la Guardia Civil del puerto, para adelantarles, que en el muelle de contenedores encontrarían un hombre hecho pedazos, y otro desaparecido en las aguas del puerto. Sería interesante que los identificaran y se pusieran en contacto con la Cabo 1º  de la P.J. de.. , para que les tuviera al tanto. Me pidieron que me acercara a firmar una declaración.
Antes de acudir al puerto y de que el  Sr. Ridruejo se enterara por otros conductor, al fin y al cabo siempre acababa por enterarse de todo, me acerqué al despacho y le conté lo de mis perseguidores y lo de los fiambres.
–No te quiero en el caso –me ordenó el Sr. Ridruejo en un todo autoritario y convencido de me había perdido en el caso–,  o puedes ir por ahí matando a tipos que te persiguen como en las películas americanas.
-Pero Sr. Ridruejo, si eran dos tíos fuertes y duros que querían matarme, ellos matar a mí. ¿entiende? Además, se han matado accidentalmente.
–Pero acaba la persecución con dos fiambres. No estamos en el Norte. No quiero líos de este tipo. La agencia se verá implicada. Mi buen nombre. Manchada mi reputación con sangre. Olvídate del caso, renunciamos a él.
–Olvidar es un lujo al que no tengo acceso, ya quisiera yo poder olvidarme de muchas cosas... Sabe qué le dijo, querido jefe, que si su nombre sale en la prensa o perjudicado, yo me auto-inculpo y me auto-despido. Cuando llegan los palos es que la película  está muy próxima a su fin. Además necesito un anticipo de tiempo.
No había considerado la posibilidad de una respuesta negativa. Le pedí una semana más. Si tras esa semana no conseguía nada lo dejaba. Me dio 72 horas.
Tras dos o tres horas de declaración en el Cuartel de especialistas, el cuerpo me pedía chocolate con churros: onzas de Valor. Mi metabolismo me pide calorías ante las situaciones de estrés, en cambio, a otras personas, los nervios se le meten en el estómago y no comen en tres días. Padecía un síndrome de restitución de energías por medio de la saciedad por  chocomanía.
Luego acudí a ver a mi amigo Silva.  Ya sabía lo del puerto. Le aseguré que le contaría el caso como para rellenar la tercera página durante varios días, con una sola condición, que no apareciera el nombre de Ridruejo & Brother. Aceptó la condición, y le conté pormenorizadamente la persecución. Además me interesaba que al asunto se le diera aires de espectáculo macabro, posiblemente un ajuste de cuenta, tortura para hacer hablar al despedazado pues de esta forma si llegaba a oídos de quien debía, me colocaba en una situación favorable.

sábado, 20 de mayo de 2017

Libros hernandianos de Ramón Fernández Palmeral, en el porta de la Fundación Miguel Hernández. Escritor y poeta nacido en Piedrabuena.

   Página fotografiada del portal Miguel Hernánde Virtual de la Fundanción de Orihuela.


http://www.miguelhernandezvirtual.es/new/index.php?option=com_content&view=article&id=2407:obra-hernandiana-de-ramon-fernandez-palmeral&catid=1:noticias&Itemid=56

Nuestro colaborador y hernandiano Ramón Fernández Palmeral es autor de los siguientes libros de temas hernandianos publicados en Amazon y LULU: Experto hernandiano.








9.-Carlos Fenoll, trayectoria vital y poética (Ayuntamiento de Orihuela)

10. 151 ilustraciones sobre Miguel Hernández (Un ejemplar en la Fundación)

 
12.- Hermeneutica de Elegias de Guadalet de Vicente Ramos.
13.- Glosada de "Candente Horror" de Juan Gil-Albert


VER TODOS LOS LIBROS DE ESTE AUTOR 


 Ramón Fernández Palmeral, escritor residente en Alicanta

jueves, 18 de mayo de 2017

La Biblioteca Valenciana homenajea a Azorín

La Biblioteca Valenciana homenajea a Azorín con una exposición que muestra documentos del autor y su relación con la Generación del 98

La Biblioteca Valenciana homenajea a Azorín con una exposición que muestra documentos del autor y su relación con la Generación del 98
16/05/2017 -
La Biblioteca Valenciana ha abierto su exposición en homenaje a José Martínez Ruiz, ‘Azorín’, en el 50 aniversario de su muerte, con la muestra de un centenar de documentos de fondos propios del autor y su relación con el grupo de escritores de la Generación del 98.
Azorín perteneció a la Generación del 98, movimiento literario que formó, junto a Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, y a la que, posteriormente, se sumaron Miguel de Unamuno, Antonio y Manuel Machado, Angel Ganivet, Ramón María del Valle Inclán y el filólogo Ramón Menéndez Pidal, entre otros.
Todos estos autores comparten las tesis del regeneracionismo y adoptan una actitud pesimista y crítica con la realidad española, sienten un gran interés por los pueblos abandonados de Castilla y en sus obras revaloran su paisaje, sus tradiciones y sus personajes con un lenguaje castizo y espontáneo.
Azorín es una de las principales figuras de la Generación del 98 y cuenta con una prolija obra literaria, con novela, teatro, ensayo y crítica. En 1924 fue elegido miembro de la Real Academia Española y en 1907 fue diputado en las Cortes Generales por el Partido Conservador.
En la exposición se muestran sus primeras obras, en las que firmaba como ‘Ahrimán’ o ‘Cándido’, hasta que en 1904 asumió el pseudónimo de ‘Azorín’, extraído del personaje Antonio Azorín, de su obra más conocida, ‘La Voluntad’ (1902).
En su faceta de novelista també se exhiben ‘Don Juan’, ‘Alma Castellana’, ‘Los pueblos’, ‘Valencia’ y ‘La ruta del Quijote’, que está traducida al inglés, alemán y noruego. Como ensayista, se muestran ‘Lope en silueta’ y ‘L’efímer cine’.
También se pueden leer los textos de sus colaboraciones periodísticas en ‘Pueblo’, partituras musicales de la época que vivió y la correspondencia que mantuvo con el poeta Juan Gil Albert y con Vicente Blasco Ibáñez, con quien mantuvo una gran amistad que se fue perdiendo con el tiempo.
En la sección de fondo gráfico se ha recreado el municipio alicantino que lo vio nacer en 1873: Monòver, con fotografías aéreas, postales, diapositivas y fotos de la vida del municipio.
En la exposición se puede escuchar la voz de Azorín que habla sobre la creación literaria en una recopilación de voces de los protagonistas de la Generación del 98 procedente del fondo documental de Ignacio Soldevila.
La obra de Azorín se encuentra en muchos de los fondos documentales de la Biblioteca Valenciana, especialmente aquellos centrados en la literatura como son los de Ignacio Soldevila y Bas Carbonell. También es importante destacar las contribuciones de Laureano Robles, autor que investigó la figura y obra del escritor.

Fotos de Yegen, el pueblo del "Al Sur de Granada" de Gerald Brenan. Visita del escritor Ramón Fernández Palmeral estuve el año 2006









                        Juliana Martín Peregrina, con la que Brenan tuvo una hija llamada Mirando Helen




Al sur de ‘Al sur de Granada’


Alrededor de la obra de Gerald Brenan hay otras historias, que explican, con más o menos fortuna, el encuentro del escritor con mi tía bisabuela Juliana Martín Pelegrina en Yegen. Ahondamos en ellas o haciendo servir una metáfora, vamos más al sur.



Vista de Yegen, por Letícia Castellsaguer [CC-BY-NC-SA]

No recuerdo que hubiera una primera vez en que me hablaran sobre Al sur de Granada. La obra de Gerald Brenan era un murmullo familiar cíclico, quizá avivado por mi abuelo. Un volumen descansaba entre las novelas de misterio de Agatha Christie de mi madre, guardando para la posteridad un puñado de impresiones e historias sobre el pueblo de La Alpujarra granadina donde el escritor llegó por primera vez en 1919, Yegen, y de donde proviene mi familia.
El esfuerzo del inglés por cambiar el nombre de los yegeros en su intento de monografía antropológica no sirvió de nada; todos los nativos sabían qué personaje era quién en el pueblo, que para Brenan parecía “construido por insectos”. Y claro, el libro fue objeto de zumbidos.

Esta no es una historia de amor

En las páginas de Al sur de Granada, Brenan relata la visita de su querida Dora Carrington junto a quién acabaría siendo su esposo, Ralph Partridge, y el gran amor no correspondido de la pintora, Lytton Strachey, que era homosexual. Pero no encontraréis mención alguna al hecho que Brenan dejara embarazada a su criada, Juliana Martín Pelegrina, que tenía 15 años.
Fernando Colomo se inspiró con poco rigor en esta relación en su película Al sur de Granada, un biopic sobre el escritor y ex capitán inglés, que resulta de lo más inverosímil e insoportable para quienes hayan pasado tiempo a la sombra de Sierra Nevada. Recuerdo ver el filme con vergüenza ajena y notar que nada encajaba, ni el paisaje, ni el acento de los lugareños, ni mucho menos Verónica Sánchez como mi tía bisabuela.
No hay nada de comedia en una historia que sí bien recoge el periodista Antonio Ramos Espejo en Ciega en Granada: Murió buscando a su hija. La hija de Brenan, que incluye una entrevista íntegra con mi bisabuela que pone los pelos de punta, por su crudeza, por articular cosas que llevaban calladas, por el dolor que esconde su jerga.
Incluso hay que dudar de que hubiera amor entre la dispar pareja, por lo que puede leerse en un texto del hispanista recogido en Autobiografía: Una Vida Propia. Memoria Personal:
“Hacia medianoche fui a su habitación y me metí en la cama con ella. Estaba, o parecía estar, profundamente dormida. Traté de despertarla sacudiéndola pero no lo conseguí. Hice entonces lo que había venido a hacer -es decir, el amor- y durante todo el tiempo fingió dormir….”
Este no es el gesto más violento de Don Geraldo —así le llamaban en Yegen— hacia Juliana. Tres años después del nacimiento de la hija de ambos, Elena, éste se la llevó a Inglaterra, le cambió el nombre a Miranda Helen, su madre nunca más la volvió a ver y él se casó con otra. El pretexto era un futuro mejor para la pequeña.

Rumores y saladuras

Fue entonces cuando el cuchicheo tomó fuerza, provocando, dicen, que Juliana se marchara para instalarse en la capital, huyendo del escándalo y, seguro, de otras cosas. Los rumores cuentan que sí consiguió ver a su hija, ya de mayor, en una zapatería de Granada. Otro cotilleo afirma que incluso se la presentaron, aunque ella no confesó ser su madre. Lo único que es cierto es que Juliana se quedó ciega y con ella, todo el mundo.
Hasta que hace un par de años se reeditó Ciega en Granada y se puso una placa que recuerda a Juliana en la plaza de la Ermita, donde nunca ha habido una ermita que se recuerde. En el distintivo puede leerse que ella fue “la ‘sal’ de la vida de Gerald Brenan”. La frase es de lo más desafortunada. Ninguna mujer debería ser la ‘sal’ de la vida de ningún hombre, y de serlo, que fuera tan salada que no hubiera agua con la que se le apagara la sed.
Si bien Al sur de Granada contribuyó a que se conociera Yegen, lo hizo a costa de un retrato desviado que ha dado lugar a otros relatos disparatados, desde la película de Colomo al redactado de una placa homenaje que hace poca justicia a lo que ocurrió. En resumidas cuentas, no va haber quien acabe con el runrún.
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Buscando de Gerald Grenan al Sur.
 
Libro ebook de Amazon

lunes, 15 de mayo de 2017

Historia de Frigiliana. Reseña histórica de la villa de Frigiliana, de venta en Amazon, a todo color









 Historia de Frigiliana de Ramón Fernández Palmeral. Ir a mi blog NUEVO IMPULSO
De venta en AMAZON:
https://www.amazon.es/Rese%C3%B1a-hist%C3%B3rica-Frigiliana-M%C3%A1gica/dp/1530609062

Este hitoriador local es también autor de la "Historia de la puebla de Nerja", y de la Historia de Torrox" (Venta en Amazon). Los tres pueblos de la Axarquía Malagueña.  Y de Historia de la aldea de El Acebuchal, en colaboración con Vicky Fernández.


 Ramón Fernández Palmreral, escritor residente en Alicante. correo: ramon.palmeral@gmail.com


 Escenificación de la expulsión de los moriscos en Frigiliana. Fiesta de las TRES CULTURAS. La Cabalgada.
Expulsión de los moriscos

 Frigiliana es uno de los pueblos con más historia de la provincia de Málaga. Célebre y destacada es la batalla del Peñón de Frigiliana (El Fuerte) en 1569. Pero su historia se remonta a tiempos prehistóricos, fenicios, griego, romano, árabes y repobladores de cristianos viejos castellanos. Su barrio mudéjar y morisco es una joya de la arquitectura urbana que se conserva actualmente como hace 500 años. Su característica principal es el carácter abierto y hospitalario de los “aguanosos”, gentilicio por el que se conocer a sus habitantes, donde además hay más de 1.400 residentes comunitarios y europeos. Esta reseña histórica de la villa de Frigiliana es un reconocimiento al condado que lo fue desde 1630 y el reconocimiento de Villa desde 1640. Era necesario hacer un estudio global general que ha realizado con acierto el estudioso Ramón Fernández “Palmeral”.