sábado, 15 de septiembre de 2012

LA MANO QUE ME ENCONTRÉ

Por Ramón Fernández Palmeral

Una vez me encontré una mano. Bueno pero no sé muy bien dónde estoy, la habitación es como un laboratorio de un blanco algodón, me hallo aturdido, las luces son demasiado fuertes, noto calor. Hola... hola... dicen que me llamo....me llamo... Ra... Ramón Jackson. Me miro, me encuentro distinto, levitando. Miro mi documentación, hay un nombre y una foto que es la mía, me llamo Ramón, una silueta gastada, eso es lo que soy, una silueta en un documento. A los cinco munutos miro otra vez mis manos, me doy cuenta de que no son las mías, este cuerpo no lo conozco como propio, no sé quien soy, ni lo que hago aquí, en esta casa-laboratorio en este folio en blanco, dos niños me llaman papá o Rámon y me veo obligado a responder. No me acuerdo de nada. ¿Quién soy y qué hago en esta casa? Hay dos jóvenes de veinte años que me llaman papá, una mujer morena que me llama Rámon –acentuado en la “a”-, tengo una venda en la cabeza, y un dolor en la rodilla derecha que me impide caminar.
No recuerdo nada de mi pasado, sé hablar, escribir, pero no soy capaz de recordar nada, he olvidada cómo se hace, cómo se recuerda, no puedo sintonizar con mi pasado. Pregunto qué me ha ocurrido, la mujer que dice ser mi esposa, me asegura que me dispararon unos delincuentes para robarme, me dispararon en la cabeza con suerte no me mataron, me hirieron en la sien derecha, la bala me pasó de refilón, de suerte no me mataron, pero he estado en coma profundo cerca de dos meses en un Hospital, puedo recordar desde que desperté en una habitación rodeado de tubos, sueros, una bládula o aguja larga hipodérmica para sueros en una vena del brazo, respiración artificial y enfermeras. Me siento como si tuviera la personalidad de otra persona, como si me hubieran mudado el cerebro en otro cuerpo.
Un flash de imágenes se me vienen a la cabeza, son gentes de un submundo que veo azul, una azul muy intenso, veo a un grupo de hombres que me persiguen y no sé porqué, me buscan por todas partes, soy el único ser vivo en un planeta desconocido, me parece todo desconocido. Alguien me habla, siento que alguien me manipula, que quiere que haga cosas, que recuerde momentos de otra mente, alguien me está creando nuevos recuerdos y me resisto, ese alguien debes ser tú: Ramón un se en paro que escribe novelas para evitar tener que buscar trabajo, un creador, un escritor de novela fracasado, estoy en tus manos, me has a creado a tu capricho, lo sé. No te ofendas por lo que digo, has de seguir amueblando mi cabeza de recuerdo, darme una memoria con la que me identifique, no puedes dejarme aquí en un boceto, sin terminar, sin memoria.
Tengo imágenes de un cura que tienen una goma en la mano, me da vergajazos, no sé porque, delante de alumnos impasible, es una clase, una aula de un colegio que no sé ni donde está ni a donde pertenece, pero yo soy el crío de once o doce años, al que están pegando...
El olor de un puchero, me trae el recuerdo de una mujer mayor con pelo blanco, estoy en una cocina de un piso pequeño. Cómetelo todo, come, que te vas a quedar como..., no sé que más quiere decirme.. Me duermo y me despierto en medio de un sueño donde me he quemado con la leche.
Cuando saqué el cubo del pozo de agua dentro venía una mano, para mi asombro tenía una anillo, era un anillo de casado, por un momento dudé que fuera mi propia mano, en el anillo venía la fecha de mi casamiento: 2 de Mayo de 1990. Salí huyendo, la casa tenía un jardín, la gente casi no se daba cuenta de mi presencia, vuelvo a tener sueños. Hola, hola, soy Ramón Jackson producto de un relato de un escritor fracasado... no hay que preocuparse solo soy ficción, un personaje literario de un relato extraño, y sin acabar, un proyecto, nada más.
Me encontré una mano y no sé si era la mía hibernada o la mía de un siglo atrás.

PD.- El día 23 de Abril del año 2080, sacaron de un cilindro de hibernación la cabeza congelada de Ramón Palmeral, fallecido en 1995. Se ignora si la cabeza sigue pensando.


NOTA PARA INERNAUTAS.-
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